Translate
Tuesday, May 23, 2023
Vision futuristica a la Orinoquia Colombiana
Hace unos años mi esposo y yo nos fuimos de vacaciones al sureste de Colombia donde se encuentra la Orinoquia Colombiana. Mi esposo y el Capitán López volaban en un pequeño avión sobre la vasta vegetación de nuestro hermoso país. En ese día lluvioso, el techo de nubes estaba muy bajo, por lo tanto, solo podíamos ver la vegetación y la variedad de cúmulos, cirros y nimbos que proporcionaban la lluvia. En ese momento, las señales de radio para volar en esa zona del país eran muy básicas, por lo que los pilotos que volaban las aeronaves tenían que hacerlo por instrumentos, volando bajo para contar los ríos y luego volando hacia arriba para captar la señal de radio. Como yo era la única pasajera en la parte trasera del avión, podía escuchar lo que estaba pasando en la cabina aparte del hecho de que el panel indicaba que no quedaba mucha gasolina en el tanque. Bueno, con la adrenalina fluyendo de pilotos y pasajeros lo único que podía hacer era rezar, rezar por un milagro, que se abriera un hueco en una nube para ver los números de la pista, para que pudiéramos aterrizar. Afortunadamente, el Todopoderoso escuchó mis oraciones, y unos minutos después en el vuelo, mi esposo vio dos pequeños agujeros en una nube, y los números milagrosos de la pista se podían ver desde arriba. Aterrizamos a salvo y agradecimos a Dios por tal regalo que nunca se ha olvidado.
Esta zona de Colombia, no muy lejos de la capital de Bogotá, está llena de recursos. Sus hermosos pastos y ríos no han sido tocados por la civilización. Mi abuelo, coronel del ejército a principios del siglo XX, conocía bien la zona, ya que estuvo destinado en Puerto Leguízamo allá por la década de 1930.
Según información personal del arquitecto Hernando Vargas Rubiano al arquitecto Alberto Mendoza Morales (1996) existen otros 10 istmos en Colombia donde se podrían comunicar los ríos para incrementar la navegación interior, uno de los medios de transporte más económicos que han sido olvidados por los colombianos.
El encauzamiento del río Magdalena y la construcción de esclusas en las quebradas Honda posibilitarían la navegación desde Girardot a Barranquilla. A través de canales se pueden conectar los ríos de los llanos con el río Orinoco y los del sur de Colombia con el trapecio amazónico.
El canal entre Tagua y Puerto Leguízamo podría permitir la navegación entre Florencia por el río Horteguaza hasta Caquetá, para conectar con el río Putumayo. Unos de sus afluentes son el río Cotué (-2.8883 y -69.7333) y el río Amacayacu, límite occidental del Parque Nacional Amacayacú, que desemboca en el río Amazonas.
Hay istmos entre los ríos Arauca y Cravo Norte, Meta, Tomo, Tuparro, Muco, Ariari, Guaviare, Inírida, Vaupés y Caguán. Estos eran los ríos que mi esposo contaba en el mapa, mientras volábamos buscando una nube milagrosa. A través de estos canales se puede llegar al río Orinoco.
Ahora que se está considerando el equipo para la futura construcción del Canal del Chocó para conectar los océanos Atlántico y Pacífico, es necesario mantener estos costosos equipos para abrir canales para conectar tanto el río Putumayo como el río Orinoco. El desarrollo del Sureste de Colombia, traerá gran prosperidad a los pueblos y tierras de la frontera colombiana entre Ecuador, Perú, Venezuela y el trapecio amazonico.
..................................................................................................................................................................
Future Vision of the Colombian Orinoco River.
A few years ago, my husband and I went on vacation to the Southeast of Colombia. My husband and Captain Lopez were flying a small plane over the vast greenery of our beautiful country. On that rainy day, the ceiling of clouds was very low, therefore, we could only see the vegetation and the variety of cumulus, cirrus and nimbus clouds which provided the rain. At that time, the radio signals for flying in that area of the country were very basic, therefore, the pilots flying the aircraft had to do it by instruments, flying low to count the rivers and then flying up to catch the radio signal. Since I was the only passenger on the back of the plane, I could hear what was going on in the cockpit aside from the fact that the panel indicated that the amount of gas showed there was not much gas left in the tank. Well, with the adrenaline flowing of pilots and passenger the only thing I could do was to pray, pray for a miracle, that a hole would open in a cloud to see the numbers of the runway, so we could land. Fortunately, the Almighty heard my prayers, and a few minutes onto the flight, two small holes were seen by my husband in a cloud, and the miraculous numbers of the runaway could be seen from above. We landed safely, and thanked God for such a gift that has never been forgotten.
This area of Colombia, not too far from the capital of Bogota is full of resources. Its beautiful pastures and rivers have been untouched by civilization. My grandfather, a Coronel in the army at the beginning of the 20th century, knew the area well, since he was stationed in Puerto Leguizamo back in the 1930’s.
According to personal information by the architect Hernando Vargas Rubiano to the architect Alberto Mendoza Morales (1996) there are other 10 isthmuses in Colombia where rivers could be communicated to increase inland navigation, one of the most economical methods of transportation that have been forgotten by Colombians. The channeling of the Magdalena River and the construction of locks in the Honda streams would make navigation from Girardot to Barranquilla possible. Through canals you can connect the rivers of the plains to the Orinoco River and those of Southern Colombia with the Amazonian trapeze.
The canal between Tagua and Puerto Leguizamo could allow navigation between Florence on the Horteguaza River to Caqueta, to connect with the Putumayo River. One of its tributaries is the Cotue River (-2,8883 and -69,7333) and the Amacayacu River, the western limit of the Amacayacu National Park, which flows into the Amazon River.
There are isthmus between the Arauca and Cravo Norte, Meta Tomo, Tuparro, Muco, Ariari, Guaviare, Inirida, Vaupes and Caguan Rivers. These were the rivers that my husband was counting on the map, as we flew looking for a miraculous cloud. Through these canals you can reach the Orinoco River.
Now that the equipment is being considered for the future construction of the Canal of Choco to connect the Atlantic and Pacific Oceans, it is necessary to keep these expensive equipment to open canals to connect both the Putumayo River and the Orinoco rivers. The development of the Southeast of Colombia, will bring great prosperity to the peoples and lands of the Colombian border between Ecuador, Peru, Venezuela and the Amazonian trapeze.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment