El Empoderamiento
Qué es el empoderamiento y cómo se logra? El empoderamiento es la actitud o forma de
pensar de que como seres humanos todos
tenemos derechos, y estos derechos están ilustrados por la Constitución de
Derechos Humanos de los países. Estos derechos no siempre se han reconocido,
por ejemplo durante las guerras, durante la esclavitud, en que se utilizaba a
la gente, se abusaba y se sometía a la gente a violencia y torturas.
Aún en la familia, hay confusión en cómo enseñar a los
hijos. En la generación pasada los
padres por lo general eran autoritarios y el mensaje era “Los hijos deben verse
pero no oirse”, lo cual era como cortarle las alas a un jóven. Hoy en día hay una relación de amistad entre
los padres e hijos, pero esto es el otro extremo, ya que No hay claridad en cuanto a las reglas y las
consecuencias. El extremo es que “todo
está bien” y es una forma de malcriar a los hijos. Entonces cuál es el punto medio para educar a sus hijos? El punto medio es
cuando los padres escuchan a los hijos, se interesan por ellos, pero también se
tienen reglas en el hogar y si no se cumplen las reglas, hay consecuencias
claras. Cualquier extremo es vicioso, ya
sea el abuso emocional, el abandono emocional o la sobreprotección.
En cuanto al abuso emocional en el trato a los niños, se ve en las críticas que pueden hacer los padres
a los hijos. Es un punto difícil el de
la educación, cuando se quiere enseñar valores y cosas positivas a sus hijos y
los hijos no responden. Por ejemplo,
enseñar a un hijo/a que levantarse temprano es algo positivo, si debe ir a la
escuela o al trabajo. Aún en esta época de pandemia, levantarse temprano ayuda
a lograr más cosas y no perder su tiempo pereceando. El abuso emocional ocurre cuando se usan
insultos como decirle “Eres un perezoso”, “No haces nada bien”, “No sirves para
nada”, etc. Estos mensajes negativos,
son como la gota de agua que poco a poco hace un hueco en el alma de quien los
recibe. Sin querer, y teniendo buenas
intenciones, muchas veces la educación de los hijos se torna en una tortura
emocional, a no ser que uno se de cuenta de lo que está haciendo.
El abandono emocional, es por ejemplo el padre o la madre
que llega a su casa tan preocupado por su trabajo, que no habla ni pone
atención a sus hijos. No sabe en qué andan sus hijos. Son los hijos “invisibles” que sienten que no
le importan a nadie y se sustituyen por la niñera electrónica de la televisión
o computadora.
La sobreprotección es lo que algunos llaman “Padres
helicópteros” que resuelven cualquier pequeño problema por sus hijos, y no les
dan la oportunidad de explorar y crecer.
Esto también es dañino emocionalmente ya que ahoga la iniciativa propia.
Estos mensajes que se reciben de los padres, o que damos a
los hijos son los que uno como adulto debe reconsiderar y reflexionar cómo lo
afecta a uno. Si los mensajes recibidos fueron dichos con
frustración por los padres y que realmente se podían haber dicho de otra
manera. Hay que curar esas heridas del
alma que se recibieron en la infancia.
Este sería el primer paso. Es
verdad que soy perezoso? Es verdad que
no hago nada bien? Es verdad que no
sirvo para nada? No, tal vez no es
verdad. Al contrario. Es importante hacerlo para no ir por la vida
sintiéndose como un fracaso.
Uno puede cambiar estos pensamientos negativos, y
enmarcarlos de manera positiva. Qué tal
más bien decir “Tengo éxito en lo que hago”, “Tengo habilidades que he
aprendido en el colegio, en la Universidad, en el trabajo”, “Puedo ayudar a los
demás”. Estos mensajes que uno se da a
uno mismo, son más productivos y lo ayudan a uno a tener una visión positiva y
generosa de la vida y nos recuerdan que nadie es perfecto.
Los padres que verdaderamente escuchan a sus hijos, que se
sientan con ellos y los miran a los ojos cuando hablan, les están dando un
mensaje vital: Eres importante para mí, y
lo que dices tiene valor. Este mensaje
subliminar que dan los padres es tan importante para uno sentirse que cuenta.
A nivel social, se nota en las comunidades cuando hay la preponderancia negativa. Y es allí donde se ven las
diferentes formas del manejo negativo, como sería el dedicarse a tomar alcohol,
usar drogas y aún involucrarse en violencia física. El ciclo se repite. El ciclo de la violencia, puede ser difícil
de pararlo, aunque no imposible.
Algo que no ayuda en algunas comunidades es la herencia de
la esclavitud, y de los abusos del pasado. Las buenas noticias son que ya NO
hay esclavitud. Legalmente la esclavitud
terminó en Colombia el 21 de Mayo de 1851.
La semana entrante van a ser 169 años que la esclavitud terminó en
Colombia. Sin embargo más de un siglo y
medio y todavía quedan los rezagos de ese abuso.
Es hora de cambiar estos pensamientos de que “Somos pobres,
somos víctimas, no podemos hacer nada bien”.
Si, somos víctimas de grupos ilegales, y eso es algo que el Gobierno
debe cambiar. Si se cambian armas por
trabajos, si se dan oportunidades para tener trabajos justamente remunerados,
se terminaría la pobreza. Es cuestión de
liderazgo, de tomar las riendas y no dejarse robar más, lo cual puede ayudar a
cambiar el pensamiento de ser victimizado, por el pensamiento de tener control
de la situación, superarla y mejorarla.
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