Fuente: Sitio web Diocesis Istmina Tado
HISTORIA E IMPORTANCIA DE LA CONGREGACION RELIGIOSA
MADRES DE DESAMPARADOS Y SAN JOSE LA MONTAÑA EN
ANDAGOYA – CHOCÓ
El municipio del Medio San Juan fue creado en el año 2000, cuenta con una población de 13027 habitantes. Andagoya es la cabecera municipal con 4233 habitantes.
En la historia económica del departamento del Chocó, Andagoya ocupó un lugar muy importante hasta finales de la década del setenta, la compañía minera “Chocó Pacifico” de inversionistas norteamericanos era la única empresa en el departamento con solidez económica que brindaba bienestar a sus trabajadores.
En el año 1974 la empresa multinacional es vendida a inversionistas colombianos; la ineficiente administración significó la disminución en la producción y posteriormente la quiebra y liquidación de la misma, por consiguiente los niveles de bienestar en Andagoya disminuyeron sustancialmente.
La liquidación de esta empresa dejó a la población en condiciones muy precarias agudizándose una gran crisis económica que rompió con toda posibilidad de desarrollo y supervivencia. La comunidad no estaba preparada para tal revés; se afectó en gran medida todas las actividades de la población.
En el año 1981 en medio de tanta adversidad aparece una luz en el camino; se establece en Andagoya “la Congregación Religiosa Madres de Desamparados” por gestión del sacerdote Francisco Ramírez. Iniciaron una ardua labor de reconstrucción moral y espiritual para quienes consideraban esta crisis como el fin de sus días.
Las madres iniciaron su trabajo misional con ancianos y niños desamparados pobres que no tenían posibilidad alguna de sustento y techo; empezaron repartiendo almuerzo todos los días, además de ropa donada por benefactores que colaboraban con el hogar.
Posteriormente se construyó la casa albergue y se les dió asilo a ancianos y niños asegurándoles afecto, buen trato, alimentación, tratamiento médico, medicina; se inicio con un grupo reducido.
La crisis económica se agudiza en Andagoya alcanzando niveles jamás imaginados; el hambre y la desnutrición se convierten en un problema de grandes proporciones por lo que a medida que se va acondicionando la casa se amplía el cupo para internos, y se sirven más almuerzos para niños y ancianos externos (300 aproximadamente) que acudían cada día al hogar y además llevaban una ración de leche para sus casas; de esta forma las madres inician a solucionar parte del problema: el de la alimentación, quedando así otro problema muy importante, sin posibilidad de mejorar el de “LA EDUCACION”;muchos niños deambulaban por las calles sin estudio porque realmente sus padres extrabajadores de la empresa minera no tenían como sufragarles los gastos más elementales para estudiar.
Ante esta situación la madre superiora solicita a benefactores europeos, especialmente de España; ayuda económica para apadrinar en sus estudios a un grupo de niños en los aspectos más elementales como: matrícula, pensión, útiles escolares y uniformes. La respuesta de España fue positiva; las necesidades en Andagoya crecían y ante el buen uso, funcionamiento y aprovechamiento de las primeras becas llegarían muchas solicitudes a la casa misional de las madres, que seguían haciendo ingentes esfuerzos para conseguir más padrinos hasta alcanzar en la actualidad 400 niños becados que con satisfacción han avanzando y culminado sus estudios de secundaria.
Es invaluable y plausible la labor de la congregación Madres de Desamparados en Andagoya prestando los siguientes servicios y emprendiendo grandes obras como:
Orientación espiritual y cristiana.
Creación de microempresas.
Construcción del acueducto del barrio Guarapito en Andagoya.
Construcción de viviendas.
Servicio médico y farmacéutico.
Servicio de ambulancia.
Lancha y motor fuera de borda para comunidades rurales.
En la actualidad hay 389 becados para estudio y se atienden en el hogar 20 niños(as) y 27 abuelos internos y 7 abuelos externos, se cuenta con una planta de personal de 15 empleados , bajo la dirección de la Madre Carmelina Sáenz Flores como superiora acompañada de las Madres Ana María Caurín, Cristina Caal y Laura Cal.
Los niños y abuelos internos del hogar son de diferentes partes de la geografía departamental que por su estado de desnutrición o abandono son acogidos en esta casa.
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