Publicado con permiso del autor.
La pelea por unir a América
Por: Roberto Fortich Mesa
Twitter: @RobertoCarlosF
El aislamiento geográfico es uno de los más subestimados obstáculos al crecimiento económico. Aunque no es raro oír en los discursos de académicos y políticos que Colombia tiene una difícil geografía, se le menciona más para decretar por terminado un debate y para decidir que una idea o un proyecto no es factible. Pareciera reducirse todo a un “es que la geografía colombiana es muy difícil, por favor desista de su idea”.
Si uno va a los foros de discusión sobre infraestructura vial nacional, se encuentran dos posiciones principales. Están quienes están a favor de la construcción de puentes, vías, e infraestructura de comunicación pero que sin embargo no ven que la inercia en estas obras es paquidérmica. Por otro lado, están los que juzgan de impertinente cualquier inversión en infraestructura, por considerar que priva a la salud y la educación de recursos, y que abogan por programa y proyectos sociales primero y por infraestructura de segundo. Hay, de otra parte, debates interminables sobre la infraestructura de movilidad en Bogotá, con acalorados enfrentamientos entre defensores del metro y los defensores del transmilenio. Si uno mira este inventario de debates sobre infraestructura es tentador afirmar que el tema sí está siendo abordado con la justa importancia y que la opinión pública lo tiene en su agenda. En mi opinión, por el contrario, no ha sido así. Hemos olvidado mirar un problema crucial para el desarrollo del país y de la región de América del Sur: la incomunicación Centro América – Suramérica por el Darién.
La construcción del canal de Panamá entre 1904–14 implicó el desembolso de miles de millones de dólares. Un país se dividió, literalmente, por la construcción de este canal, al separarse Panamá y Colombia. Durante el siglo XX, Estados Unidos intervino política y militarmente en más de un país centroamericano para que nadie pudiera hacer ningún otro canal interoceánico. En síntesis, la comunicación interoceánica alteró el curso de la historia y fue clave para el crecimiento económico de Estados Unidos.
¿Por qué puede un país mover cielo y tierra para apostarle a construir y defender una infraestructura que ni siquiera está dentro de su territorio y soberanía? ¿Tuvo que superar primero todos sus problemas sociales antes de meterse en esta empresa? ¿O simplemente, tenía los recursos suficientes fruto de alguna bonanza tal que no sabía qué hacer con la plata?
Aterrizando el punto al caso de Colombia y el Darién, opino que el país tiene en esa región a su canal de panamá, pero no porque se vaya a hacer un canal interoceánico seco, sino por las posibilidades de comunicación terrestre (férrea y vial) con América Central. La verdadera integración regional no se va a dar con gobiernos paranoicos castrista-chavista despotricando del imperialismo yanqui. No, se dará el día que reconozcamos que una decidida intervención en el Darién es el secreto mejor guardado para el crecimiento de Colombia
Termino con varias hipótesis provocadoras:
-Debemos valorar al Chocó como la región geoestratégicamente mejor situado del país (y del continente?).
-Los intereses por mantener tapado el Darién vienen más de la guerrilla que ocupa esa zona y menos de preocupaciones ambientalistas insalvables.
-Un sistema ferroviario que comunique ultrarrápidamente la región acelerará el crecimiento económico y nos puede convertir en potencia en el largo plazo.
-Es un mito que la geografía colombiana es infranqueable para la ingeniería moderna.
REFERENCIAS
laroucheyouth. (2011). LaRouchePAC Taming the Darien Gap Oct 19, 2010. [Video]. Recuperado Mayo 16, 2013 de http://www.youtube.com/watch?v=_u_dyWnukDE
Zarsky, Lyuba. (2002). Human Rights and the Environment: Conflicts and Norms in a Globalizing World. VA: Earthscan. Cap. 8.
Disponible en: http://books.google.com.co/books/about/Human_Rights_and_the_Environment.html?id=SecCRgHr2wQC&redir_esc=y
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